El arte urbano (refiriéndose con ello a producciones artísticas en la ciudad), como una de las manifestaciones con más vigor en el arte contemporáneo, ha contribuido a crear imaginarios diferentes a los insinuados en las ciudades planificadas (ciudades con una herencia positivista y racionalista). Ello ha reconfigurado de una manera distinta el espacio público, y ha permitido establecer una relación dialógica entre el espacio donde aparece y el hombre que lo habita.

Frente a formas de hacer ciudad que generan una estandarización y homogenización, se pretenden reivindicar aquellas que surgen desde la cotidianidad, las cuales permiten no solo la expresión individual sino la expresión colectiva de sus habitantes; evidenciando la potencia creadora del espacio vivido, e insertando en la ciudad diversas maneras de ver el mundo, desde la pluralidad. Por tanto, si nos preguntamos cuál es el papel del arte urbano desde sus producciones artísticas, podremos reconocer en éste un papel de cohesión social, el cual media y comunica de maneras diversas a quienes habitan el espacio. El arte urbano, en sus manifestaciones y prácticas, transforma el territorio donde aparece; y dado ello, nos lleva a evidenciar el papel que puede tener en la significación de los espacios que habitamos siendo agente para una nueva ciudadanía. 

Es de esta manera cómo este tipo de arte es relacional, significacional e histórico, y por tanto simbólico, y,  aparece como una herramienta de posibilidad para habitar, donde a partir de sus múltiples manifestaciones, da cuenta de actos de resiliencia y resistencia, de recuperación y reivindicación de la memoria y la historia. Este arte, al aparecer en el espacio público de la ciudad, tiene un carácter político implícito, representando así una cultura con características particulares, que al no tener otros medios aboga por medio de representaciones urbanas, por la justicia, por la equidad, por la igualdad, y así mismo contribuye a tener una lectura distinta de la ciudad, que de alguna manera también la trasgrede en la medida que tienen participación en ella voces y sectores silenciados y mirados con desprecio, estableciéndose así como un intersticio social que sugiere espacios de encuentro con el otro. 

El arte urbano hoy, adquiere relevancia en cuanto actúa como mediador y facilitador de procesos sociales y de significación y resignificación permanentes en la ciudad. Es un arte que trasciende el plano objetual, anteponiendo de esa manera lo ético a lo estético; estando insertado en la esfera relacional, lo cual indica que se valida y legitima a partir de las prácticas sociales que allí se establecen, siendo una herramienta muy valiosa en un proceso de legitimación de miradas diferentes.

Abordar la especificidad del espacio urbano de la ciudad de Manizales, y tratar de comprender las apariciones del arte urbano que han sucedido en dicho espacio, a partir de las dinámicas establecidas desde el habitar que allí suceden, es empezar a darle validez al espacio desde las prácticas cotidianas que facilitarán la concepción y el entendimiento del espacio que trascienda lo tangible y vaya hacia lo intangible, es decir, hacia lo simbólico. 

Transmisión a las 5:00 p.m. https://youtu.be/N2lJwKTSuuE