Bajo este planteamiento del profesor Andrés Molano, de la Universidad del Rosario, en el programa del Observatorio de Gobierno Urbano de UN Radio analizó el fenómeno Uber en relación con el servicio que presta, la airada reacción del gremio de taxistas ante esta inesperada competencia y el papel que debe desempeñar el Estado para establecer un marco regulatorio en este nuevo escenario.

Uber es una aplicación para móviles fundada en el 2009 en Estados Unidos y comenzó operaciones en Colombia en el 2013, segundo país de América Latina después de México. La aplicación, que ya ha abierto una discusión jurídica sobre su legalidad, se encuentra en 395 ciudades en todo el mundo.

Hugo Acero, ex subsecretario de Seguridad del Distrito, afirmó que Uber llegó a Colombia en un momento de inseguridad, como lo eran los paseos millonarios y demás actividades criminales, que involucraban a varios vehículos de taxistas.

Este era un fenómeno no solo de Bogotá, sino de las grandes ciudades del país, y una actividad cotidiana como coger taxi se convertía en una práctica que arriesgaba la integridad de los usuarios, precisó el experto.

Desde su punto de vista, la respuesta del gremio de taxistas no ha sido la más adecuada, ya que han tomado la justicia por mano propia: “el gremio de los taxis no se ha preparado para una competencia”.

Según el profesor Andrés Molano, “Uber es síntoma de unas transformaciones que revelan el espíritu de los tiempos que estamos viviendo”.

El docente aseguró que la implementación de esta nueva tecnología es síntoma de globalización, que permite al usuario conseguir un medio de transporte de forma rápida y segura. Además, es muestra de una transformación demográfica y la materialización del uso de estas herramientas tecnológicas en la ciudad.

“Cuando hablamos de Uber, no solo nos referimos a los carros blancos en Bogotá, sino a Uberx, servicio mediante el cual vehículos particulares ofrecen su servicio sin intermediación de una cooperativa que los regule”, explicó.

“El Estado se ve desbordado por las transformaciones que debe enfrentar y Uber es un síntoma ilustrativo”, añadió.

En cuanto al tema legal, Hugo Aceró señaló que el Estado debe controlar este fenómeno a través de un proceso regulatorio marco que le dé facultades a los alcaldes, según la capacidad de las ciudades para el manejo de estos servicios especiales.

A su turno, el profesor Molano señala que existe una paradoja en la seguridad; por un lado no existe reglamentación para que funcionen plataformas, como Uber; y por otro, a pesar de la regulación que se exige a los medios de transporte legalmente constituidos, esta no representa seguridad para los usuarios.