Así lo planteó el profesor Fernando Montenegro, arquitecto y profesor vinculado al IEU, en el Encuentro Nacional de Investigación: Ambiente y Desarrollo en Bogotá Región realizado por la Dirección de Investigación y Extensión de la Universidad Nacional de Colombia - Sede Bogotá.

En su presentación el académico aclaró que las formas de ocupación rompen el esquema de la ciudad tradicional y establecen que la ciudad no termina en un límite cerrado con los suelos rurales, ni se confina al espacio administrativo que le signó el Estado, sino que busca relaciones y nexos socioeconómicos, formales e informales, que permiten el crecimiento social, el mejoramiento de la calidad de vida y el dominio del entorno natural que soporta su existencia.

En este sentido, la ciudad tampoco se limita a la manzana, barrio o localidad, y mucho menos a la estructura tradicional de centro y periferia de la primera mitad del siglo XX o a la ciudad de centralidades de la segunda mitad del mismo siglo. Es un conjunto multiactivo que cubre el denominado suelo urbano, el entorno metropolitano y trasciende al entorno municipal del vecindario y más allá, al entorno regional que complementa sus funciones.

Entonces, la ciudad es un fenómeno dinámico, que crece, se multiplica y se torna complejo acumulando diversidades, desarrollos sociales y sustanciales cambios en el medio geográfico, en la condición política y en la capacidad de la economía. En los cinco siglos que llevamos del proceso de urbanización del continente, estas redes de ciudades alcanzaron la complejidad de los sistemas más primigenios superando, en muchos casos y pese a los naturales atrasos de este continente, las dimensiones y soluciones de varias de las metrópolis europeas. Hoy en día, esta complejidad es evidente y cada vez mejor conocida.

Bogotá Región

Bogotá y su entorno, la Región Central o la Sabana de Bogotá, es una aglomeración urbana que se relaciona, de manera sistémica, con las demás aglomeraciones del país y con el sistema de ciudades que gravitan sobre ellas. Una relación económica, social y funcional que se extiende a todo el entorno inmediato y a tres grandes ciudades, Ibagué, Tunja y Villavicencio. Y un sistema vial de conectividad que relaciona a la aglomeración con el resto de zonas productivas del país y con los grandes puertos del Caribe y el Pacífico.

Esta es una aglomeración urbana generada en la ciudad más densa del continente, con todas las formas de ocupación de una metrópoli moderna y con problemas, falencias y dificultades, todas ellas generadas en el largo proceso de urbanización, en donde nunca existió una intención expresa de inventar y construir este artificio.

En consecuencia, es una aglomeración que se sigue inventando y que para comprenderla es necesario recurrir al amplio espectro de investigación que hoy, gracias al fortalecimiento institucional de la Universidad como conjunto, aflora y de cierta manera confunde.

Es en esta confusión en donde aparece cierta preocupación por la gobernanza, la gobernabilidad y la crítica al modelo urbano. Es una idea construida a partir de las convicciones políticas de que la ciudad crece mal, que tiene el tamaño inadecuado y que no es capaz de dominar y planificar correctamente el territorio. Un territorio que con muchas vicisitudes sociales y con pocos objetivos políticos, de manera informal, construyó un sistema eficiente de ciudades y finalmente una Nación.