A propósito de la controversia en torno a la preservación de la reserva forestal Thomas van der Hammen, ubicada al norte de Bogotá, el docente planteó el interrogante de si se sigue como una ciudad contenida y densa (importante desde el punto de vista ambiental) o se abre la compuerta a una ciudad extensiva o invasiva de la sabana, con resultados bastante catastróficos.

La pregunta fue formulada en el programa Observatorio de Gobierno Urbano, de UN Radio, en desarrollo del debate sobre la conservación de esta zona especial ubicada en el norte de Bogotá y la urbanización de una parte de su territorio, como lo anunció el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa.

Según la administración distrital, Bogotá enfrenta un déficit de vivienda, por lo cual es necesario edificar en zonas como los lotes sin arborizar de la reserva. Los ambientalistas, por su parte, afirman que la capital puede perder la oportunidad de tener un importante pulmón verde y un espacio de recreación.

Gonzalo Andrade, profesor del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, señala que la reserva comprende 1.395 hectáreas, con una zona de preservación del ecosistema natural que abarca aproximadamente el 5.89 % de ese territorio, una zona de restauración del ecosistema que abarca aproximadamente el 50 % de la reserva, una zona de uso sostenible del ecosistema con un 33 % y la zona de preservación del patrimonio, que abarca el 9.9 %. Por tal razón, hay una negativa con respecto a edificar en este lugar.

Según el profesor Montenegro, “la ecuación del debate está mal planteada. La noción de si se tiene medioambiente o si se tiene urbanización es absurda; en todo proceso de urbanización se tiene en cuenta el medioambiente, de lo contrario no existiría la ciudad como hecho humano”, sostiene.

Desde su punto de vista, “la ciudad se ha expandido y necesita de soluciones viables para saber cuál es el modelo con el que se debe construir la ciudad”. Y pese a estar de acuerdo con que la ciudad debe extenderse, se cuestiona porqué debe hacerlo en la zona de la reserva. Si se quiere construir sobre esta área, la posición es no, basado en elementos técnicos y científicos de estudios.

“De acuerdo con estudios recientes, en el subsuelo de la reserva hay acuíferos, lo que evidencia que si se piensa construir se van a romper esos acuíferos y el flujo de agua subterránea que hay entre el cerro y el río Bogotá se va a suspender completamente”, expresó el experto.