De este tema habló la funcionaria durante el seminario internacional Derecho a la vivienda  y políticas de hábitat a escala metropolitana, agregando además que “las políticas de vivienda en el mundo en los últimos 30 años han mantenido un total rechazo a la idea de política de vivienda en condiciones dignas, entendida como motor de una política social. La vivienda es vista como mercancía, y activo financiero.”

Carlos Morales Schechinger, profesor e investigador del Institute for housing and Urban Development Studies (HIS) Erasmus University Rotterdam, coincide con Rolnik en la necesidad de proyectar políticas de vivienda dignas; señaló además que el acceso a la vivienda debe darse en condiciones que estén de acuerdo a los ingresos de la gente y que es preciso evitar los efectos de la especulación. En este sentido, puntualizó que los subsidios han obrado en la inflación de los precios del suelo, anulando de este modo a las familias que acceden a vivienda mediante estas ayudas económicas.  Aclaró que no está en contra del subsidio, pero fue enfático en que, si no se asegura que éste sea para una mejor casa, un mejor barrio, una  mejor ciudad,  el apoyo se va traducir en precios del suelo más altos y de menor calidad.

Morales argumentó que ahora el negocio del sector de la construcción no está en  la construcción en si misma, sino en el desarrollo, es decir, comprar anticipadamente la tierra para obtener mejores  ganancias. “La mejor política de vivienda es la que se basa en una buena gestión del suelo. Para llevar esto a la práctica se  necesita el respaldo técnico y la decisión política para pensar en una politica de vivienda digna y accesible”.

Por su parte Martim Smolka, Director del programa para América Latina y el Caribe –Lincoln Institute of Land Policy–, planteó la necesidad de  repensar las políticas destinadas a la informalidad, las cuales se han orientado “directamente (como políticas curativas) a los asentamientos urbanos que buscan mitigarla (…)” Esta regulación, según Smolka “(…) hace más parte del problema que de la solución. La informalidad es consagrada en las leyes y es la que se esta creando en las instituciones, es una vivienda precaria pero legal”.

Francisco Sabatini, profesor e investigador del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales de la Universidad Católica de Chile, abordó  el tema de las políticas de subsidio habitacional en ese país y la política de suelo complementaria, evidenciando la crisis en que se encuentra tal política habitacional. “En Chile se han identificado problemas de localización, que no han podido acoger a las personas de escasos recursos”. Estas políticas liberales coinciden con las colombianas en términos de productividad de cantidad de vivienda, sin embargo la diferencia radica en que en Colombia las ciudades son más densas, y además cuentan con una gestión urbana mucho más sofisticada que en Chile.

Lo más importante es tener una política de vivienda organizada y planeada, antes que la gente llegue y tome las tierras. “Existe el fenómeno histórico de la violencia y de la migración del campo a la ciudad que no es una cosa nueva ni de una catástrofe; es necesario tener un espacio planeado para acoger a estas personas de manera digna. La clave es la participación de la comunidad misma en la definición de su hábitat”, concluyó Raquel Rolnik.

El seminario internacional Derecho a la vivienda y políticas de hábitat a escala metropolitana  realizado en Medellín, durante el 25 y 26 agosto, fue organizado por el  Área Metropolitana del Valle de Aburrá en asocio con el Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia y con el apoyo académico del Lincoln Institute of Land Policy y la Universidad Pontificia Bolivariana.

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