El Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional de Colombia dialogó con Carlos Lemoine, presidente del Centro Nacional de Consultoría (CNC), para analizar la percepción ciudadana de sus alcaldes a lo largo del primer año de gobierno. Los 5 alcaldes con mejor imagen fueron los de Santa Marta (84 %), Barranquilla (81%), Villavicencio (80 %), Cartagena (78 %) y Montería (78 %). 

¿Cuál es la percepción general que tienen los ciudadanos de sus alcaldes?

La pandemia ha sido un claro de oportunidad para los gobernantes. Una característica de la comunicación de los gobernantes y de la política en general hace difícil esta comunicación porque los temas de los que se ocupan son trillados: el desempleo, la educación, la seguridad, etc. Y, además, sus opositores ya han expresado opiniones contrarias a las propias y esto produce duda y desconfianza en el ciudadano.

La pandemia cambió eso y abrió un claro de comunicación para los gobernantes porque nadie podía decir que sabía sobre el tema o que tenía remedios o salidas; eso hizo que el tema fuera exclusivo de los gobernantes, sin competencia, y les permitió una comunicación sobre un tema importante en el que diariamente sucedían hechos que ocupaban la atención de todos los ciudadanos. Por ejemplo, la imagen del presidente Iván Duque subió y la preocupación que mostraron los alcaldes fue un viento de cola para sus imágenes.

Para resumir, la pandemia es un tema muy importante y el papel de los alcaldes es muy visible; es un tema en el que nadie tiene autoridad y, hay que decirlo, los alcaldes se preocuparon, fueron visibles, lo cual hace que los porcentajes de percepción positiva haya sido alta.

De acuerdo con la encuesta que hicieron para el Noticiero CM&, cuatro de los primeros cinco mejores alcaldes del país son de las ciudades del caribe colombiano, ¿cómo se podría analizar esto?

Cuatro alcaldes de la costa están entre los cinco mejor calificados. Todos ellos tienen la bandera de cambio y de superación de las maquinarias tradicionales.

La alcaldesa de Santa Marta, Virnia Johnson, tiene la más alta aprobación con el 84 %. Es una persona que representa el movimiento alternativo de Rafael Caycedo, exitoso exrector de la Universidad del Magdalena, quien supo enfrentar y vencer al clan dominante por décadas de las familias Gnecco, Vives. Ella, como mujer joven y ligada también a la Universidad del Magdalena, ha sido diligente en el manejo de la pandemia y representa un cambio que la población ha considerado positivo y refrescante.

El alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, es un representante del clan Char. Tiene un 81 % de aprobación. Es indudable que en los años en que el clan Char ha tenido la alcaldía de Barranquilla, la ciudad ha prosperado y eso se expresa en las buenas cifras electorales que logran. Pumarejo en su buena imagen capitaliza el auge de Barranquilla y un buen manejo de la misma.

Willian Dau, alcalde de Cartagena, tiene 78 % de aprobación. Es un caso similar al de Santa Marta en cuanto representa un cambio rotundo respecto de los tradicionales grupos políticos dominantes de la ciudad. Fuera de los partidos tradicionales, su partido “Salvemos a Cartagena” ganó la elección con un discurso anticorrupción que fue muy bien recibido. En la pandemia se mantuvo cerca de la población y ha mantenido un discurso directo, sencillo, que le da imagen de transparencia.

Carlos Ordosgostia, alcalde de Montería, tiene una aprobación de 78 %. Es de Montería, hijo del senador Luis Carlos Ordosgostia, pertenece al Centro Democrático. Representa un cambio respecto de los grupos tradicionalmente dominante del Partido Liberal. Ha sido cuidadoso en el manejo de la pandemia y ha lanzado programas de reactivación económica para la ciudad.

¿La pandemia modificó de alguna manera la metodología usada para la recolección y consolidación de esta información?

No, la metodología es la misma: una encuesta telefónica con selección aleatoria. La variación está en el número de ciudades, en esta ocasión se midieron 16 capitales, usualmente se miden 22.

¿Qué pasa con los alcaldes de las principales ciudades del país, Bogotá, Medellín y Cali?

Los alcaldes de Bogotá, Medellín y Cali no pertenecen a la corriente política del presidente. Comenzaron su gestión con muy altos niveles de aprobación, sin  embargo su gestión ha sido en muchos aspectos controversial y algunas veces en abierta confrontación con el gobierno nacional. Las confrontaciones de manera general tienen un impacto sobre la imagen y por ello sus calificaciones son  positivas, pero con proporciones apreciables que cuestionan su gestión.

Daniel Quintero tiene una aprobación del 73%, tuvo al comienzo de su gobierno más del 80 %. Ha sido cuidadoso en el manejo de la pandemia, prometió hacer de Medellín un centro tecnológico. Se enfrentó a la clase empresarial antioqueña por el manejo de las EPM y esto afectó su imagen.

Claudia López es una figura nacional identificada con la lucha anticorrupción. Tiene 72 % de aprobación. Su enfoque riguroso de la pandemia lo aprueba la mayoría, pero lo resiente la economía y los empresarios.

Jorge Iván Ospina es alcalde por segunda vez y esto supone un desgaste de base, tiene una aprobación del 55 %. Cali ha sufrido una ola de violencia que ha hecho pensar a la población en el regreso a épocas oscuras de la ciudad y esto afecta la imagen de un alcalde.

¿Cuál es la situación que tienen estos alcaldes en su primer año de gobierno respecto al mismo periodo de los mandatarios anteriores?

Es una buena pregunta, puede decirse que los alcaldes actuales significan un cambio, un deseo de renovación de la población. Los anteriores alcaldes fueron buenos alcaldes dentro de moldes tradicionales. Su condición de símbolos de cambio de los alcaldes en ejercicio se ve en los altos niveles de aprobación superiores a las aprobaciones que tuvieron sus predecesores. 

En los sondeos que se realizaron durante el año el alcalde de Cúcuta se mantuvo entre los últimos lugares de la calificación. Es un caso particular teniendo en cuenta que el alcalde Jairo Yáñez llegó al cargo en contra de todo pronóstico, sin el respaldo político de la región. ¿Cuál podría ser la razón por la que tiene una desfavorabilidad tan alta?

Cuando se pregunta a los colombianos por los riesgos del país aparece con frecuencia la inmigración venezolana. El alcalde no ha podido darle norte a la ciudad, puerta de entrada de la migración venezolana, ni estabilidad a su gobierno y esto se refleja en sus bajas calificaciones.